Etimológicamente el topónimo significa lugar de parada. La iglesia dedicada a Sant Pere, fue trasladada del monte situado al norte de la población. Todavía hoy se conoce este lugar como las rocas de Sant Pere Vell.
Es el punto de partida del Barranc Roi. En las proximidades todavía se conservan restos de unas antiguas minas de uranio, y es fácil apreciar las vetas multicolores del mineral que ha quedado al descubierto. Se pasa muy cerca por el camino que sube desde la Plana de Mont-ros y que una vez en Castell, nos permite continuar hasta Obeix o Antist.